martes, 22 de diciembre de 2009

I dont have to REMIND you to be my friend.


Ayer me sucedió algo súper extraño: estaba relajada observando mi clóset creando outfits imaginarios y pensando en cuales cosas debería adquirir para hacerlo más completo, cuando de la nada un portarretratos que solía observar todas las noches en mi mesita, se cayó. De la nada y sin ninguna razón, solo se cayó; no hubo viento, no lo tropecé, nada.
Dado a que era completamente de vidrio -así me parece más elegante, ¿no?- se rompió por completo.

Lo que me preocupa de todo este asunto de cosas rotas es la foto que él cargaba. Una foto de esas que ves y recuerdas buenos tiempos con buenas amigas y momentos de inmadurez mental cuando decías "estaremos juntas para siempre" o "¡viviremos juntas!". Momentos de suma alegría, pero completamente irreales. Y ahora les digo, no sólo me preocupa que se haya roto ese portarretratos en especial, ni tampoco que la foto haya quedado completamente destruida (porque así fue), sino que también me corté el dedo pulgar mientras recogía los vidrios. Yo lo sentí como un golpe de realidad, esos que de vez en cuando te dan y sencillamente te despiertan, te traen al momento actual que estas viviendo, te sacan de la fantasía que has creado.
Ahí es cuando notas todo lo que has perdido, y no sólo eso, el por qué lo has perdido.

Debo admitir también que ver la segunda temporada de "The Hills" no me ayudó en lo absoluto (y no estoy hablando de la envidia que me causa su ropa y sus autos) hablo de toda esa situación de Heidi-Spencer-Lauren; y sí, pongo a Spencer en el medio porque él fue quien arruinó toda la relación.
Sé que es difícil de creer que esta pequeña "ciudad" como la hacen llamar los libros de geografía, puede tener su propia historia de Heidi-Spencer-Lauren, pero así es, y mejor dicho, así fue.


No hay comentarios:

Publicar un comentario